Conjugar la teoría económica, el pensamiento económico, la filosofía política, con la realidad pura y dura: he aquí la reflexión genérica que he compartido en la clase de esta mañana con los estudiantes del Màster Analysis of Regional and Local Economic Development, integrado por politólogos y economistas que se preparan para la gestión pública, dirigido por el profesor Luciano Segreto en la Università di Firenze. Tres horas intensas en las que se han expuesto ideas-fuerza con el denominador común de la urgencia en adecuar teoría y práctica:
- La importancia de la inversión como motor de crecimiento regional;
- La colaboración estrecha entre el sector público y el privado para fortalecer y apuntalar el crecimiento económico;
- La posibilidad de colaboración en política fiscal, aspecto este de mayor complejidad para encontrar puntos de encuentro;
- La necesidad de estimular un Sistema Regional de Innovación, en el que participen también las empresas.
- Los cuatro puntos precedentes, que deben ser desarrollados con mayor detalle (y que, de hecho, se ha realizado en el curso de las horas de trabajo conjunto que hemos tenido), se sustentan en una premisa crucial: el liderazgo público en todo el proceso, tendente a repensar –y a actuar– para cristalizar una reordenación del modelo de crecimiento regional.
Mañana, expondré en las clases casos concretos de prácticas de política económica que pueden ser objeto de desarrollo (nueva fiscalidad, por ejemplo, con un énfasis preciso en la tributación ecológica, y con la perspectiva de «rehacer» la cesta de los impuestos).
Muchas preguntas de los estudiantes, de alto nivel. Y un buen foro para contrastar investigaciones en curso y reflexiones que se derivan de las mismas.