He llegado esta tarde a Florencia, una ciudad fascinante a la que acudo, casi cada año, para impartir clases en el Máster de Desarrollo Regional, que se coordina en la Università di Firenze por el profesor Luciano Segreto. Unos quince estudiantes (politólogos, sociólogos y economistas) siguen las distintas explicaciones que docentes europeos vamos desgranando.
Las horas libres permiten deambular por una ciudad en la que no siento el síndrome de Stendhal: huyo de los epicentros turísticos, que deben visitarse, y prefiero más, por ejemplo, rendir homenaje a Maquiavelo en su sede mortuoria. Esta es una visita obligada.
Feltrinelli, la gran librería, es otro lugar de peregrinaje. Descubro el nuevo libro de Thomas Piketty, aparecido este mismo mes en italiano, que recoge sus colaboraciones en prensa entre 2004 y 2015, bajo el sugerente título Si può salvare l’Europa? Piketty defiende que la política económica europea está colocando las economías al borde de un abismo, y que debe reorientarse con claridad esa tendencia. A parte de este trabajo, otros figuran como novedades en italiano: Robert Reich, que fue secretario de Trabajo con el presidente Clinton, escribe sobre cómo salvar al capitalismo; y Yanis Varoufakis ofrece sus últimas reflexiones sobre la crisis económica y su enorme impacto en el avance de la desigualdad y, en línea con Reich, la paradoja que pueden tener muchos economistas críticos con el capitalismo, pero propositivos para salvarlo de él mismo, como subraya el ex-ministro heleno.