China transmite debilidad económica

Las recientes devaluaciones de la moneda china apuntan algunas de las grandes debilidades de este coloso económico:

  1. El rápido crecimiento económico de China beneficia al resto de países asiáticos, sobre todo en relación a las exportaciones. Pero China no puede sustentar su gran expansión económica sólo en los mercados externos. Sería decisivo desarrollar más intensamente el mercado interior: esto proporcionaría capacidad de consumo y de gasto e incrementaría las importaciones, un proceso muy beneficioso para los socios comerciales de China, que verían así un aumento importante en sus posibilidades de negocio. Pero requeriría de transformaciones internas muy importantes: una revisión profunda en las condiciones del mercado laboral.
  2. Atención a las debilidades intrínsecas de la economía china. El crecimiento ha disminuido considerablemente, toda vez que ha pasado de tasas de dos dígitos a otra –la más reciente– que se sitúa entorno al 6%. La expansión de la deuda en los gobiernos locales se ha disparado de forma rápida. Esas administraciones tienen como principal activo las tierras, que sirven como garantía de los préstamos que solicitan. Esta confianza en tales entradas es lo que genera el círculo de la deuda, que se expande ante la seguridad de poder colocar la tierra como garantía hipotecaria. Se ha producido una expansión del crédito y de la actividad constructora. De hecho, los precios de las viviendas en ciudades como Shenzhen o Guangzhou, se han incrementado en un 21%. Esto se suma a la deuda del gobierno central, hecho que ha dimensionado la deuda pública de China hasta llegar a ser, hoy mismo, superior a la de Estados Unidos.
  3. Las reformas económicas que se han llevado a cabo presentan dificultades y retos en el sistema bancario chino que acumula numerosos créditos. Una de las principales debilidades de este sistema financiero son los bancos en la sombra. Se trata de sistemas no regulados que aumentan la capacidad financiera de las burbujas económicas ya creadas. Otro elemento de preocupación es la gran acumulación de deudas de cobro más que dudoso. A esto debe añadirse, también, la baja penetración de la banca en las zonas rurales y en el sector privado.
  4. No debe descartarse que se produzca en China una crisis similar a la Gran Recesión. El apalancamiento financiero ha llegado a niveles peligrosos actualmente. Dos escenarios se aprecian. En primer lugar, la adopción de medidas para frenar el crecimiento del crédito y provocar la bancarrota de los prestamistas sobre-apalancados. En segundo término, un bajo control y retención en el crecimiento del crédito, por la resistencia de las empresas, los gobiernos regionales y las inmobiliarias a la adopción de medidas que puedan rebajar sus posibilidades de financiación. Esto sería el germen de un “Lehman Brothers” chino, es decir, una explosión de la burbuja financiera y, por tanto, un caos monetario parecido al que aconteció en Estados Unidos. A su vez, la posibilidad de estallido social no es descartable, ya que este proceso afectaría sobre todo a las clases medias y a los grupos que incluso estarían más próximos al régimen político.

 

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