Los relatos se construyen a partir de acciones concretas. Vean: los llamados críticos del PSOE se reunieron hace semanas para fraguar la caída de Sánchez Castejón, y en ese cónclave se marcaron las líneas de actuación, pautadas, que desembocaron en el ya cacareado Comité Federal que culminó con la dimisión del secretario general socialista. Acciones concretas que configuran una tesis. Pero el relato sigue. Los mass media, encabezados por el grupo Prisa y con el seguimiento estupefacto de la prensa más conservadora, han enaltecido el sentido de Estado de Susana Díaz y sus seguidores: la abstención como desenlace, esa es la estación de llegada. Y a ello se ha sumado, gozoso, el PP: ya prepara reuniones oficiosas para cuando se gobierne de nuevo. El mensaje lo envuelve todo, dando la sensación de vacío a los integrantes del Comité Federal: no hay alternativa, y el mal menor es ceder el paso a Rajoy.
Pero esto no parece que vaya a ser un paseo militar. La clase de tropa se ha rebelado más de lo presumido. Pero nadie, por el momento, está armando el relato alternativo: el que articule una vía que desemboce el tapón generado por las lúcidas mentes del status quo, y que abra la posibilidad de encarar unas terceras elecciones con un candidato nuevo. El vértigo se ha apoderado de los miembros del Comité Federal: muchos de ellos serán «tocados», básicamente los presumiblemente indecisos, para que tuerzan el cuello y se adapten a una abstención vomitiva. Pero si hubiera una salida, por tibia que fuera, quizás el relato surgido de las cenizas tomaría cuerpo. A pesar de que la condición esencial es que ese relato se debería ya haber gestado, y su germinación habría de explosionar incluso antes del Comité Federal: la irrupción de alguien con la capacidad y los apoyos inequívocos para aportar algo de ilusión a la tristeza de una derrota anunciada, porque eso y no otra cosa va a ser la abstención que se proclama como benefactora. Si no hay ese relato alternativo, es porque no ha habido la preparación suficiente para su despliegue. Nada se improvisa, y la espontaneidad sólo existe en situaciones revolucionarias, y este no es el caso. Los críticos con Sánchez lo supieron hacer, y perpetraron el golpe semanas antes, con la discreción de los antiguos generales cuarteleros. Prensa, radio y televisión han hecho el resto. No se ha sabido o no se ha podido vertebrar una respuesta a la altura. Y los números futuros no van a acompañar a la necesaria recuperación del PSOE.