Un importante debate en la economía actual: la «nueva» industrialización en economías de servicios. Este es un reto determinante para economistas y policy–makers. Las economías más avanzadas se han «terciarizado»; de hecho, en Nueva York más del 70% de la población activa se vincula a los servicios, y el porcentaje es extensible al conjunto de la economía norteamericana. El tema es de gran transcendencia, cuando se está hablando de reindustrializar Europa, un continente en el que, igualmente, más del 55% de su población activa se vincula directamente al sector servicios. La desindustrialización prematura, un concepto acuñado por Dani Rodrik y aplicado de manera más específica a los países emergentes, es también aplicable a las economías europeas, algunas de ellas con procesos de industrialización relativamente recientes.
En tal contexto, se trata de caracterizar mucho mejor los servicios: de qué estamos hablando cuando analizamos economías terciarias. Aquí, las recetas son invariables: apostar de manera más decidida por la economía del conocimiento, como nicho básico de trabajo futuro. ¿Será suficiente? Tengo dudas.
Estamos aquí, en The New School, investigando sobre esto, que va a ser otras línea importante para el análisis económico futuro.