Va a ser este el recibimiento de Bruselas al flamante ministro De Guindos: ajustar, de entrada, 5.500 millones de euros del presupuesto 2016. O sea: recortar gastos. La espada de Damocles es el bloqueo de los Fondos Estructurales a España, vitales para buena parte de las economías autonómicas y para el propio gobierno central. Cabe advertir que, si no se flexibilizan los requerimientos de Bruselas, esa cifra será superior para los años 2017 y 2018, siempre que sea la austeridad la norma irrefutable en esos dos ejercicios. 2017 va a ser un año difícil para la economía europea y, de manera más evidente, para la Europa del sur. Esperemos que las elecciones americanas no deparen la victoria de Trump, que resultaría un disparate total para la economía mundial y para los frágiles equilibrios geopolíticos.