Josep Fontana

 

Se acaba de ir uno de los grandes maestros de la Historia Económica. Sabíamos que esto iba a suceder. Pero siempre se resiste uno a pensar que alguien que te ha acompañado toda la vida, intelectualmente, pueda morir. La aportación de Fontana a las ciencias sociales no puede resumirse en un folio. Su capacidad de investigación, su profundidad analítica y su compromiso cívico, constituyen tres pilares decisivos que nunca abandonó y que explican una pauta, una metodología: siempre en activo, continuamente repensando los procesos históricos, constantemente al lado de los más vulnerables. Y una ayuda permanente para todos los que tuvimos la suerte de conocerle.

Siendo estudiante, había leído a Fontana hacía muchos años. Pero le conocí personalmente en la UAB, cuando creo que él era Decano de la Facultad de Economía. Me presenté tímidamente en su despacho, con la idea de que sería difícil que atendiera a un desconocido licenciado, un principiante sin más acerbo que la obsesión por investigar, junto a la admiración por un referente indiscutible. Josep Maria Delgado, discípulo directo de Fontana, me había recomendado esta visita. Le expliqué a Fontana la tesina que quería desarrollar. Su respuesta fue de apoyo total, de ayuda incondicional. Y supe, en el curso de esta entrevista, que él había estado en Inca, haciendo el servicio militar, en los años cincuenta. Me preguntó por Bartolomé Barceló Pons, el gran geógrafo mallorquín, con quien había establecido contacto en su estancia militar en Mallorca y del que había leído sus trabajos sobre la isla; de Vicens Vives y sus enseñanzas; y de sus investigaciones isleñas, recogiendo precios de productos procedentes de conventos que luego utilizó en alguna de sus publicaciones.  Nos vimos en muchas ocasiones: en congresos, en seminarios, en visitas ocasionales a su piso cuajado de libros –hasta en los baños y en la cocina– cerca del Paral·lel, próximo a Nou de la Rambla, donde tenía también una librería que había heredado de su padre. Siempre solícito, siempre atento, nunca negó una carta de recomendación, un comentario a un libro, un prólogo, la presentación de una obra. Fontana escribió el prefacio de mi primer libro sobre la formación del capital comercial, mi tesis doctoral en Historia, en cuyo tribunal él había sido parte importante. Y presentó mi último libro sobre la desigualdad, en Barcelona, hace ahora casi cuatro años.  Nos mandamos algunas cartas; me conectó en su momento con otro gran historiador económico, Ernest Lluch, cuando éste indagaba sobre la figura de un ilustrado palmesano, Bartolomé Sureda Miserol, el hombre que enseñó técnicas pictóricas a Francisco de Goya. Una interlocución fructífera.

Fontana me avaló siempre que se lo pedí. Presidió el tribunal a la cátedra de Historia Económica de la Universitat de les Illes Balears, a la que accedí; y antes y ahora me había proporcionado consejos y lecturas, comentarios de todo tipo, siempre enriquecedores. Dirigía en la distancia, sin pretenderlo, sin querer hacer una escuela de la que, sin embargo, sus conocedores nos sentíamos parte. Era una persona a la que recurrir, una fuente inagotable de información, que te trasladaba con modestia, escuchando siempre. En los últimos años, nos vimos varias veces en la Editorial Planeta, durante mi estancia como profesor visitante en la Universitat de Barcelona. Hablando de libros, de proyectos, de política.

Se ha ido un cerebro privilegiado, un intelectual cultísimo e irrepetible. Nos deja una obra extensa e intensa, que abraza la historia económica, la política, la cultural, la social y la economía. Releerlo será el único consuelo que nos quede ahora. Y seguir trabajando para hacer que la Historia, por la que tanto luchó, siga siendo un arma intelectual de combate, de entendimiento, de transformación. Hasta siempre, maestro, amigo.

 

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2 respuestas a Josep Fontana

  1. JOSE LUIS GARCIA RUIZ dijo:

    Es la primera noticia que tengo del fallecimiento de uno de los padres de la Historia Económica en España. Consiguió ser respetado hasta por quienes no compartían sus enfoques, lo que muestra a las claras que estamos hablando de un maestro.

    Me gusta

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